Educación en México
La educación en México es un derecho consagrado por
la Constitución vigente, que en su artículo 3° declara que la educación
impartida por el Estado debe ser gratuita, laica y obligatoria para todos los
habitantes del país. La Ley General de Educación de México obliga a quienes
residen en México a cursar por lo menos los niveles primario, secundario y
ahora nivel medio superior de la educación, y establece que los padres de
familia tienen la responsabilidad de verificar que sus hijos cumplan con este
deber.
La Secretaría de Educación Pública (SEP) es la
institución encargada de administrar los distintos niveles educativos del país
desde el 25 de septiembre de 1921, fecha de su creación. Además, cada una de
las entidades federativas posee organismos análogos que regulan y administran
la educación que se imparte en los territorios de su competencia.
En México existen diferentes niveles de educación:
educación básica, media-superior y superior, los cuales comprenden estudios en:
Preescolar, Primaria, Secundaria, Bachillerato, Licenciatura, Maestría,
Doctorado, como también diplomados y otras modalidades de educación superior.
La educación básica (conformada por preescolar, primaria y secundaria) es
obligatoria e impartida por el Estado (federación, estados, Distrito Federal y
municipios) en todo el territorio nacional mexicano, bajo los términos del
artículo tercero de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Aunque
igualmente existen colegios autónomos particulares que ofrecen estos niveles
educativos.
La marginación y la
penuria educativa tienen a México en el lugar 55 en acceso a la educación a
nivel mundial. Más de 34 millones de personas sufren rezago, analfabetismo o
tienen apenas cuatro años de estudio. “Las poblaciones pobres reciben una
educación pobre”: relator especial de la ONU
En México, 34 millones de personas están en
rezago educativo; 7 millones son analfabetas; 1.4 millones de niños no asisten
a la escuela; más de 1 millón 324 mil tienen menos de cuatro años de estudio, y
hay un número inestimable de analfabetas funcionales.
Cifras del relator especial sobre el Derecho a
la Educación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización
de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por
sus siglas en inglés) dan cuenta de la marginación y la penuria educativa.
El análisis Llegar a los marginados. Informe
de seguimiento de la educación para todos 2010, de la UNESCO, identifica a
quien está en la marginación educativa como quien no tiene acceso a los
servicios escolares; mientras que aquel que está en la penuria educativa tiene
menos de cuatro años de estudios y carece de conocimientos básicos en lectura,
escritura y matemáticas.
A nivel mundial, México tiene el lugar 55 en
el índice Educación para Todos, que mide el acceso a los servicios educativos.
De acuerdo con el informe, tiene el lugar 65 en la cantidad de alumnos que
alcanza el quinto grado, y el 66 en alfabetización para adultos. Mientras que
en el acceso de las mujeres a la educación, está en la posición 58.
Vernor Muñoz Villalobos,
relator especial sobre el Derecho a la Educación de la ONU, advierte que en
México existen grandes asimetrías estructurales y desigualdad en la educación.
El país “enfrenta dos grandes retos: abatir la exclusión que genera el propio
sistema educativo y elevar la calidad”.
Durante la presentación de los resultados
preliminares de su evaluación, en su primera misión a México, apuntó que la
exclusión de las oportunidades educativas tiene destinatarios muy precisos:
“Las poblaciones pobres reciben una educación pobre”.
Desigualdad y exclusión
El informe Llegar a los
marginados. Informe de seguimiento de la educación para todos 2010 apunta que
la desigualdad en el aprendizaje tiende a ser más amplia en los países de bajos
ingresos.
Según expone el informe, el que se hable una
lengua diferente a la oficial está asociado al bajo desempeño escolar. En
México, la población indígena cursa tan sólo 1.5 años en la escuela, mientras
que a nivel nacional el promedio alcanza los ocho años.
Ocho de cada 10 indígenas no cuentan con
educación básica. La tasa de analfabetismo alcanza hasta al 50 por ciento de la
población en las zonas rurales; sin embargo, de los 1.5 millones de indígenas
en rezago educativo, sólo se atiende a 66 mil.
A diferencia del 17 por ciento de la población
nacional que ingresa a la universidad, únicamente el 1 por ciento de los
indígenas que cursan la primaria acceden a estudios a nivel superior.
En su visita a México, el relator especial
sobre el Derecho a la Educación, Muñoz Villalobos, reconoció que pese a que el
país ha reconocido formal y constitucionalmente los derechos de los pueblos
indígenas, la eficacia educativa está por debajo de los estándares.
“El modelo educativo es insuficiente para el
rescate y la potenciación de las culturas y las lenguas indígenas”. Describió
que éste deja sin oportunidades a la población de las zonas rurales o les
ofrece opciones de baja calidad.
En los últimos años, abundó, el presupuesto
para educación intercultural se ha reducido dramáticamente. Únicamente existen
nueve universidades de este tipo.
El relator considera que la lucha contra la
deserción y el rezago está relacionada con la necesidad de fortalecer la
capacitación y la formación docente, la que “muchos expertos han calificado
como primigenia, irregular e inconsistente”.
Respecto de la situación de los jornaleros
agrícolas, refirió que el 70 por ciento del total del rezago educativo proviene
de estas familias. Alrededor de 1 millón de niños tienen dificultades para
continuar con sus estudios. Por lo que Muñoz Villalobos llamó reforzar la
boleta única y el Programa de Educación Primaria para Niños y Niñas Migrantes.
Respecto de la inclusión de los menores con
discapacidad, el relator observó que la educación integradora y especial no
termina de armonizar. Es necesario, comentó, traducir los compromisos de la
Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad en normas
locales.
“Detrás de esta situación de asimetría y
desigualdad –expuso el relator–, hay un problema más estructural que tiene que
ver con la ausencia de una política pública articulada y sistémica”.
Para el relator, esta realidad contrasta con
el principio de derechos humanos sobre el acceso universal a una educación de
calidad. Por lo que “es fundamental que se fortalezcan los mecanismos de
exigibilidad del derecho a la educación”.
La desigualdad además se observa en el
desempeño. De acuerdo con la UNESCO, los niños del 25 por ciento de las familias
más ricas obtienen calificaciones en matemáticas entre 25 y 30 por ciento
mayores que las de los niños que pertenecen al 25 por ciento de las familias
más pobres.
Según el reporte, las mujeres mexicanas tienen
de 1.5 a 1.7 veces más probabilidades de ser analfabetas que los hombres. En el
caso de las mujeres que hablan una lengua indígena, hay 15 probabilidades más
de ser analfabetas que aquellas que hablan español.
Al respecto, entre 1984 y 1994 había 6 mil 397
adultos analfabetas: 62 por ciento eran mujeres. Para el periodo comprendido
entre 2000 y 2007, el porcentaje de mujeres analfabetas aumentó un punto. No
obstante el rezago educativo, la Secretaría de Educación Pública destina
únicamente 0.86 por ciento de su presupuesto a la educación para adultos.
El documento describe que los estados del sur
del país tienen un pobre desempeño para combatir la desigualdad educativa.
Mientras a nivel nacional, los jóvenes entre 17 y 22 años tienen un promedio de
educación de ocho años, y en regiones como el Distrito Federal alcanzan hasta
los 10 años; en Chiapas, la media oscila entre 5.7 y 6.6 años de escolaridad.
Casi un cuarto de la población joven tiene poco más de cuatro años.